lunes, 14 de noviembre de 2016

Dos amores

En el silencio, 
en medio de un vacío en mi corazón, encontré la calma,
 encontré la esperanza, la soledad y la compañía.


 No hubiese huido ni confiado en el desamor.


 Me hubiese quedado allí en la nada, esperando sin decir nada.


Actuando como niña, con esos ojos llenos de luz, 
maravillados al verle pero desgraciados al oírle.


No le he olvidado.


Le ame intensamente y en desesperación, sola,
 me mantenía en pie, confiada, enamorada...

Lejos de amarme, aprendió a poseerme, a controlarme, 
a hacer de mí en su vida, un pasatiempo, una manía.


Incapaz de quedarme a su lado pero incapaz también de dejarle.


 Tan solo ahí, emocionada en sus brazos al despertar,
 maravillada por su sonrisa y llena de agonía por su presencia.


Y ahora que nadie sabe a dónde estamos , 
cómo nos vemos,
 a donde hemos llegado a parar
 después de tantos años en abandono 
o la razón porque sigo sonriendo en el camino.


Incrédulos de que se pueda vivir entre el amor y el dolor.


Me preguntan entonces, si le he dejado,
 y yo les contesto: "no le he dejado, lo he cambiado".