Hoy he mirado al espejo, no reconozco ese reflejo.
Me ha opacado la sonrisa de la mujer que veo,
tiene brillo en los ojos y un placer de persuadirme.
Se que la conozco de otros tiempos,
sé que me conoce desde siempre.
No me ha buscado entre la gente
pero puede verme a donde estoy.
Me pide que la deje libre pero no puedo,
me pide que la ayude a salir de la pequeña habitación en la que vive.
Le doy la espalda a veces y a veces,
me volteo, y me guiña el ojo para presumirme la belleza que esconde.
Tiene mucho tiempo que se cree mas que yo
y me asusta cuando me intimida de esa manera.
Hablo sola por la noche y si me escucha,
me levanta el ánimo con sus ocurrencias, me aplaude mis locuras
y me seca las lagrimas entre carcajadas de ternura.
La veo fijamente a los ojos y no puedo verme en su reflejo,
es que a ella no le importa nada y de mí se aprovechan todos.
Me pide que no me esconda de la vida,
que siga caminado firmemente,
que no le dé paso a la melancolía.
Le he dicho que no puedo con tanto,
ella me ha dicho que yo puedo contra todo.
Me ha visto partirme y reconstruirme en un instante.
Hoy me he mirado al espejo, y por fin me he visto en el reflejo.